jueves, 13 de noviembre de 2014

UNA GOTA DE INFIERNO

Me propuse relatar todo lo que me suceda con este cuento, que no conozco aún porque ni siquiera lo he pensado. Sé que deseo escribir. De a ratos, la realidad sólo se deja percibir confusamente. Se me asemeja. El escenario ya está preparado para transcribir textualmente todo lo que me salga con la más absoluta naturalidad. Con las palabras casi desnudas, deslizándose arriba y abajo por las páginas en blanco, donde el cuento termina por escribirse a sí mismo.
La plazoleta Rodolfo Walsh es el escenario. Continuaré contando que es una tarde/noche nítida y serena en que la calle está completamente casi vacía; por lo tanto, con ese ´casi´, habrá pocos testigos que dirán lo suyo, o no. Después de semejante confesión enciendo el primer cigarrillo y automáticamente pienso en el personaje adecuado. La plaza, ubicada en Isola al 300 bis y donde terminan sus recorridos las líneas 146 y 107, volvió a ser noticia por segunda vez en pocos meses el viernes por la tarde.
Había algo en el aire. Dos sombras se desplazaron ágiles entre los árboles de enfrente. Instintivamente un auto a baja velocidad apaga sus luces. Se oyó el ruido de una persiana que se cerraba. Una voz se alzó y un grupo de pibes se dispersa como cuando uno pisa un hormiguero. Entre ellos dos chicas. Hubo varios disparos desde la misma vereda y alguien, sin dejar de correr rocía de balas al grupo. Otro se acercó a los árboles del cordón.
Fue un pibe de gorrita blanca el que contestó desde el umbral. Tres tiros muy rápidos, casi nerviosos, y una sombra se derrumbó detrás de un tapialito cerca del quiosco. Ese otro saltó a la calle y disparó ahora contra la vereda de enfrente y nadie contestó.
Corrió entonces hacia la esquina pero una bala zumbó su cabeza y lo hizo meterse en un zaguán. Por un momento volvió la calma. Gritos, perros que ladran.
En ese momento hubo un chirriar de frenos en la esquina y el auto se cruzó de cordón a cordón sin dejar de acelerar. Enderezó como pudo y salió por el centro de la calle Isola. El del zaguán se lanzó de cabeza dentro del vehículo, mientras el auto clavaba los frenos, cordoneando con las ruedas traseras. La puerta se agito y golpeó contra el árbol. Estalló su ventanilla mientras el tipo se zambullía de panza por el hueco, las piernas le quedaron colgadas y pataleó para ponerse a salvo cuando el conductor había vuelto acelerar y las chapas del Corsa eran penetradas una y otra vez por balazos que cruzaban la calle.
Sin embargo esto sería el principio del fin. La voz no fue muy clara porque el tipo que había hablado desde la puerta misma del auto, estaba con una media que le cubría la cara. El arma qué tenía en la mano era un detalle más, un grosero detalle de muerte. Faltaba una gota de infierno.
Ahora me abstengo de fumar y quedo abstraído con mi mente en blanco, y me asalta la terrible sospecha de que el cuento se está volviendo autónomo. La víctima estaba reunida con un grupo de jóvenes que militan en la facción de Diego O´, principal referente de la barra brava rojinegra. Por este homicidio está acusado A´, un adolescente que es hijo del asesinado ex líder del paravalanchas leproso, quien ya había estado vinculado con otros ataques armados en esa zona, la misma que ha servido de escenario de al menos siete crímenes en tres años.
Olor a pólvora, estampido de balazos, pibes asesinados y nombres recurrentes. Que yo sepa nadie ha explicado esto convenientemente, de modo que lo mejor sea ponerse a explicarlo, despacio y para siempre. Explicar es algo que hacemos todas las veces que nos ocurre algo impensado. Las balaceras volvieron a ser tema de conversación para los aterrados vecinos de los complejos de monoblocks ubicados de avenida Grandoli hacia el río Paraná, en jurisdicción de la comisaría 11ª. Ahí donde resaltan el barrio Municipal, el Fonavi de Grandoli y Gutiérrez y el Parque del Mercado.
Es que desde que el viernes pasado Maxi N´, un chico de 19 años sin antecedentes penales, fue acribillado en Isola y pasaje 412 (ex Maestros Santafesinos), la zona quedó en estado de crispación. Una usina de versiones y promesas de venganza se abren paso. Una vez más el nombre del más chico de los hijos de aquel temible ex barra, surgió en la calle como apuntado por el crimen.
Todos los vecinos del barrio Municipal y su lindero Fonavi sabían ayer de los dos tiroteos que ocurrieron un día antes y que terminaron con la muerte de Maxi N´, no escapa de lo cotidiano. Una mujer, de 54 años, que tiene un comercio en la zona, describió que todo pasó alrededor de las 20.30 de anteanoche, cuando ella esperaba el colectivo en compañía de su hija de 33 años.
Miro el fondo de sus ojos plenos, sus ojos color de almendra que hablan de agradecimientos, y la triste sonrisa única que me dedica estallando en el aire aséptico que se cortaba con un cuchillo. “Como nos dimos cuenta que no teníamos tarjeta para el urbano fuimos hasta una granjita que queda a pocos metros de la parada. Al pasar por los baños, que están destinados a los colectiveros que terminan su recorrido, advertimos la presencia de un grupo de 10 pibes porque dos personas que se trasladaban en un automóvil rojo detuvieron la marcha y dispararon contra los chicos, que también respondieron a tiros la agresión”
Al ver que les contestaron a balazos, los del auto que para esa instancia estaban por Maestros Santafesinos al 4900, frente a los baños, aceleraron la marcha hasta Isola al 400 bis. Al llegar a la esquina hicieron un movimiento extraño, como si el conductor perdiera el control del vehículo, fueron marcha atrás unos metros hacia el este para luego acelerar para el lado de Grandoli, y en medio del tiroteo el chofer de uno de los colectivos que estaban estacionados le gritó que se subieran y aceleró. En ese momento, un disparo ingresó por el vidrio trasero del transporte urbano que siguió hasta Grandoli, donde el chofer dejó a la señora y su hija para luego guardar el coche en el galpón.
Las agresiones no terminaron ahí sino que, cuando la quiosquera se bajó, vio que el auto quedó abandonado por Isola a pocos metros de Grandoli. Ella sin mirarme, tal vez con nuevos miedos mezclados con una creciente vergüenza, se precipita repentinamente en una casa, presumo que es la suya. Yo acercándome como un intruso, como una sombra deslizada, estoy a un metro… ahora a quince centímetros… tal vez cinco, esperando una posible palabra suya. “Después las personas que se quedaron me contaron que volvieron dos pibes en moto y ahí fue cuando lo matan al chico”, dijo con una pizca de vergüenza adolescente.
El crimen de Maxi N´, la mención en boca de los vecinos del hijo menor del ex líder del paravalanchas leproso, el rumor de calle de que la tumba había sido violentada en la semana posterior al que hubiera sido el cumpleaños de Tito, como también se reconocía al ex barra, colocaron al barrio en tensión.
Plomo y muerte. El viernes a las 20.30, mientras un coche de la línea 107 hacía tiempo en la punta de línea, se desató esa balacera importante. Desde un auto rojo ocupado por cuatro hombres abrieron fuego contra un grupo de 10 o 15 muchachos que estaban en la plazoleta Rodolfo Walsh.
En ese grupo, que según confiaron los vecinos no integraban simpatizantes leprosos adherentes a la barra, estaba Maxi N´ quien terminaba el secundario en la escuela de Anchorena al 200 y que tiene dos hermanos. Del grupo donde estaba Maxi N´, alguien contestó el fuego. "La gente corrió a todos lados pero los pibes sacaron revólveres y se armó un tiroteo bárbaro, casi me infarto", relató la vecina.
En medio del tiroteo, un proyectil impactó en el colectivo de la 107, cuyo chofer salió a toda velocidad del lugar. En tanto, el auto rojo tomó por pasaje 412, subió a la vereda y chocó contra una columna de material frente a un quiosco. A pesar de eso no detuvo su marcha y rechinó las gomas para salir a la carrera por Isola. El grupo de pibes de a pie, en tanto, se dispersó.
Tal vez entendiendo que como nada habían hecho podían estar tranquilos, Maxi y otro amigo caminaron a uno de los playones de los monoblocks. Minutos más tarde apareció una moto con dos muchachos que los interceptaron y balearon a Maxi. Ahí surgieron dos apodos: Pitu y el de A´, el hijo más chico de aquel ex líder del paravalanchas leproso y hermano de Chapu. Ellos serían los pibes de la moto.
Por fin, digo por fin porque toda cosa debe tener su fin, y ésta lo tiene. Con cierto alivio escribo estas últimas frases tratando de disolver una angustia espesa, tibia, repugnante, que baja lentamente por mi garganta hasta asentarse en mi estómago.
Con la lluvia abofeteándome la cara, la fría lluvia de invierno que restalla sobre el pavimento de la calle desierta, la avda. Grandoli tiene su marca de miedo y ello se nota.

jueves, 6 de noviembre de 2014

SER POR SIEMPRE ADMIRADO

El público estaba horrorizado por lo que acababan de encontrar en el baño de hombres del teatro de ópera McPellier, un caballero estrangulado y sin sus ojos, se los habían robado. La policía estaba desconcertada y muy afligida, este asesino ya llevaba más de 15 víctimas y nadie ha podido verlo.
Tenía el mismo modus operandi, asesinaba mujeres y hombres de distintas edades estrangulándolos con un cinturón y luego les sacaba los ojos. Eso hizo pensar a los detectives que el sujeto era hombre de unos 25 a 30 años y que podría ser doctor, puesto que las incisiones que realizaba en la zona ocular era perfecto.
Llevaron el cadáver al hospital de Illinois y el médico forense Johan Strauss junto al estudiante Brandon Varkatzas se dieron el trabajo de investigar lo ocurrido.
-Bien, Brandon-le dijo el doctor Johan-Cuando observas este cuerpo, ¿qué es lo que ves?
Brandon mira detenidamente, pensando paso a paso y revisando el cuerpo con su mirada hasta que levantó sus cejas y el doctor Johan sonrió.
-¿Hallaste la falla?
-No tiene hematomas-respondió Brandon-como si no lo hubieran golpeado antes de matarlo.
-Exacto, eso quiere decir que el asesino gana su confianza para luego atacarlos por la espalda-el doctor Johan respira y se seca la frente con un pañuelo-. Maldito hijo de perra.
Brandon movió sin querer su hombro derecho y se puso a sudar helado, sus manos le empezaron a tiritar y su piel se tornó pálida. El doctor Johan le recomendó que fuera al baño a recomponerse y así lo hizo. Se lavó el rostro y luego vomitó. No sabía que le pasaba y cuando pensó que se había recuperado sintió un dolor de cabeza que pensó que se iba a morir.
-¡Mierda!-gritaba de dolor Brandon sujetándose la cabeza con sus dos manos, pensó que iba a morir hasta que fue al rescate el doctor Johan que le dio una pastilla calmándole el dolor.
-Últimamente has sentido mucho dolor de cabeza-le dijo preocupado el doctor.
-Sí, creo que es por el estrés.
-Entonces te doy el día libre, anda a descansar-le respondió el doctor con una sonrisa en su rostro y golpeándole la espalda con cariño.
-Gracias, doctor Strauss
Brandon iba manejando y encendió la radio escuchando la noticia del “Asesino Ocular” como muchos periodistas lo habían nombrado. Suspiró y luego cerró los ojos por un momento para relajarse. Llegó a su casa entrando con una bolsa café.
Se sentó en su sillón y luego sacó un frasco de la bolsa, la miró cautelosamente y su celular sonó para luego responder.
-Diga.
-¿Hablo con Brandon Varkatzas?-respondió la persona.
-Sí, con el ¿quién es?
-Habla el Departamento de policía de Illinois y temo en decirle que el doctor Johan Strauss está muerto.
Brandon no lo podía creer, Johan murió y lo había visto hace no más de tres horas atrás.
-¿Qué le pasó?-preguntó
-Bueno, solo por ser que usted trabajaba con él, parece que fue víctima del “Asesino Ocular”.
Brandon colgó y se puso a llorar y de la nada sintió el dolor de cabeza y recordó algo que lo dejó traumado, esa memoria vino cuando el doctor Johan le dio la pastilla para el dolor de cabeza.
-Entonces te doy el día libre, anda a descansar-le respondió el doctor con una sonrisa en su rostro y golpeándole la espalda con cariño.
-Gracias, doctor Strauss
Brandon se iba cuando se saca el cinturón del pantalón y agarra con fuerza el cuello del doctor. Este luchó, no podía respirar y lo último que pudo decir fue “¿porqué, Brandon?”.
El doctor Johan cayó sin vida al suelo y Brandon agarró un cuchillo de la mesa de operación y con mucho cuidado le arrancó los ojos y los puso adentro de un frasco con un líquido especial para conservarlos.
-Porque necesito que me admiren-respondió en un susurro Brandon.
Brandon estaba en su casa cuando recordó todo y vio el frasco con los ojos del doctor Johan Strauss. Sintió culpa y lloró un poco mientras se dirigía al refrigerador y donde lo guardó junto a los restos de sus otras víctimas.
Ahora eran 17 ojos que lo observaban y Brandon lloraba, pero de alegría. Su dolor de cabeza se iba desapareciendo de a poco, ya no sentía tanto sufrimiento y su objetivo se estaba cumpliendo: era observado y podía ser observado durante las 24 horas del día y del año.
-¡Admírenme!-gritaba Brandon mientras sudaba-¡Admírenme!
Brandon por fin logró lo que siempre quiso, ser por siempre admirado.

miércoles, 29 de octubre de 2014

MEJOR NO HABLAR DE CIERTAS COSAS

El cuerpo estaba sentado contra una pata de la cama, llevaba una remera verde, un pantalón beige, y unas viejas all star negras talla 39
-Es el cuarto en esta semana- Dijo Frederic
-Era una mujer muy bella... Ves Frederic? estas son las cosas por las cuales me retiro, ya no tengo la edad física, ni emocional para lidiar asesinos-así argumento Dimitri, mientras observaba con atención la cama de la víctima por si algo se les había escapado.
-Quieres decir que te sientas frente a la televisión a pensar que en tus días los asesinos eran más humanitarios con los demás?, es la misma mierda con distinto perfume Dimitri,
No te confundas... Maldad habrá aquí y en todo lugar, es nuestro trabajo y deber, evitarla... O al menos el mío..- dijo con tono soberbio Frederic.
Dimitri y Frederic llevaban trabajando juntos hacía más de 22 años, Frederic estaba divorciado hacía ya más de 6 años, tiene 1 hijo que ve poco y solo con mucho papeleo de parte los jueces.
Dimitri en cambio, era soltero y vivía solo, Prefería obviar temas de su familia, llevaba más de 25 años de amistad con Frederic.
Y aún así nunca terminó de comprender por completo la situación familiar de su amigo.
-No se ven signos de abuso sexual- irrumpió el forense.
Frederic asintió con la cabeza y salió del lugar, Dimitri lo siguió, echó un último vistazo a la víctima y cerró la puerta.
-¿Sabes? después de trabajar tanto tiempo, nunca pensaste aunque sea una vez, retirarte?
Frederic levanto la cabeza por sobre su diario y le dijo "Parece que el edulcorante te hace encoger las neuronas y no la barriga"
¿Porque últimamente estas tan insistente con que me retire? desde que estos últimos 5 crímenes comenzaron no haces más que insistir en lo mismo.
¿Te pasa algo?
-No, tu estas muy preguntón, no todo tiene un "por qué" me preocupo porque eres mi compañero, no quiero que el trabajo te agote.
-Créeme que soportándote a ti tantos años, el trabajo ya no me agota en absoluto, Se burló Frederic
Dimitri alzo su taza de té, bebió un trago, se levantó y dejo propina para la mesera y se fue.
Dimitri estaba teniendo un comportamiento extraño… Es decir siempre fue reservado, pero últimamente insistía en cosas no propias de él.
Quizás parezca exagerado, pero cuando uno conoce a una persona por tanto tiempo sabe cuándo actúa de una manera distinta.
Hace al menos un mes que Dimitri tiene por así decirlo, la cabeza en otro lado.
Un nuevo asesinato ocurre entre las 2h00 am, en una casa alejada en San Diego, otra vez una mujer, no había signos de abuso sexual
-El asesino forjo la puerta, a simple vista la victima tiene 4 puñaladas en la espalda, que el de la morgue se encargue de la hora de la muerte
Y si alguien ve a Dimitri díganle que venga por fa...
-AQUI ESTOY!!- (Irrumpió Dimitri exaltado) Perdón por la tardanza! ¿Qué tenemos Frederic?
-Wow... Hoy sí que te veo emocionado... Hasta te bañaste, acaso un asesinato es una ocasión especial?
-No bromees con eso... Tuve que bañarme, salí a trotar y luego me quede dormido
-Tu no bromees, ¿tu trotando?... en fin, échale un vistazo a esto... Son 4 puñaladas en la espalda, muy profundas, comenzaron de arriba hacia abajo
Excepto la última que apenas es un corte poco profundo... ¿El asesino habrá visto venir a alguien y escapo? Aún no encontramos testigos…
-Interesante-... en cuanto sepa algo te llamaré, trataré de ver si el arma homicida se encuentra por aquí.
-De acuerdo-, dijo Frederic mientras se iba, pero luego se arrepintió y de una media vuelta se regresó,
-¿Dimitri... Te encuentras bien? cuestionó con preocupación...
-Si Frederic…, entiéndeme es mi retiro, estoy cansado, no tengo familia. Pero créeme que últimamente le estoy sacando jugo a la vida,
Durante todos estos años, viví de órdenes de los demás, y siempre fui muy reservado... Solo me relacione contigo, pero ahora que es mi retiro, me siento libre...
Era irónico que un policía que se encarga de poner a los malvados tras las rejas, no se sienta "libre", pensó Frederic.
-No te preocupes amigo! ahora déjame terminar de examinar el cuarto.
Era la primera vez en 25 años de amistad, que Dimitri le decía amigo, Frederic estaba completamente confundido... Pensó si cuando el deseara su retiro
Se convertiría en un Dimitri, que quiera más a la vida... Quizás se reconciliaría con su esposa, y luego alimente a las palomas y corra por un prado revoleando margaritas?
Así no era él... Así no era nadie de la policía en realidad…
-Bueno Frederic... Lamento haberte sido de tan poca ayuda este último tiempo... Será que me dejé estar, pero en 2 días tendré un reemplazo, algún alma joven de seguro…
Tendrás a tu Watson para que te ayude…-
"¿Un discurso de despedida?, acaso se va a suicidar o qué?" pensaba Frederic interiormente pero muriéndose por gritárselo
-Menos mal que me retiro de esto... No puedo imaginármelo... Esta pobre mujer, asustada, con gusto a sangre en su boca, Sus ojos verdes pidiendo clemencia, sus manos cerrándose solas por el pánico, y sus piernas temblando.., ahora me entiendes Frederic? todas las noches pienso en este tipo de personas..
Frederic miró fijo a Dimitri, se acercó a la víctima... Palmeo el hombro de Dimitri para que se hiciese a un lado, agarro la cara de la víctima
La miro de cerca…
Dimitri asomaba la mirada, pero no podía ver nada de lo que Frederic hacía con el cuerpo debido a que su cabeza le tapaba la vista)
Frederic volteo mirando a Dimitri...
-Dimitri, la víctima tenía los ojos cerrados…-